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sábado, 14 de diciembre de 2013

Si desconectamos, ¿nos estamos alejando del conectivismo?

Doble sorpresa
Desde hace años, los docentes hemos estado justificando nuestras programaciones didácticas basándolas en el que ha sido, al menos de momento el paradigma de las teorías pedagógicas: el constructivismo. Según esta teoría, en pocas palabras, el alumno ha de partir de un aprendizaje que ya sea significativo para él y desde ahí, ir construyendo su conocimiento. Pero recientemente, sobre todo a partir de los trabajos de George Siemens, se empieza a hablar de un nuevo marco pedagógico para ésta, la era digital: el conectivismo. Para ello, se inspira en un estructura en red y se pretende que el alumno establezca sus propias redes de conocimiento con el objeto de desarrollar su propia creatividad personal. Esta teoría, se traduce en el ámbito práctico en que los estudiantes establecen redes personales de aprendizaje (como parte de algo más amplio, el PLE). Docentes y alumnos estarían (como de hecho lo están) casi permanentemente conectados a sus redes. Dentro del conectivismo cobra especial relevancia la educación informal: una vez determinado cuál es su PLE, el alumno se sumerge en sus redes casi sin darse cuenta (estás en casa tranquilamente viendo la tele; ves algo que te interesa y, usando tu tablet buscas información al respecto; la lees y te informas. ¿No es esa una forma de educar tan válida (o más) que cualquier otra?)
Hoy, la amplia propagación de dispositivos móviles, los estudiantes están (estamos, pues según el conectivismo la formación es continua, a lo largo de toda la vida) en contacto permanente con nuestros PLE. Y también lo están (estamos) los docentes (por ejemplo, si un alumno hace una consulta en el foro de un curso, el docente puede recibir inmediatamente una alerta en su dispositivo móvil; en menos de dos minutos la duda planteada puede estar resuelta). Pero ¿debemos estar en contacto permanente (como usuarios o como docentes) con nuestros dispositivos móviles? Si hacemos caso a los psicólogos, los móviles sólo han de usarse dentro de un horario. Hay incluso quien recomienda, ante la sobrecarga informativa, que practiquemos durante un tiempo el ayuno digital: ante la epidemia que se avecina de infobesidad, se propone el de-teching como respuesta.



Seguramente la solución está en usar con sentido común los dispositivos, para evitar la adicción. En saber desconectar en los momentos necesarios para evitar la infoxicación. Pero dice George Siemens que uno de los principios de conectivismo es que "es necesario nutrir y mantener las conexiones para facilitar el aprendizaje continuo". Si desconectamos, ¿nos estamos alejando del conectivismo?

Imagen de cabecera: soyignatius via photopin cc

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