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miércoles, 17 de diciembre de 2014

La dictadura de las editoriales



Este mes he comenzado a impartir un curso sobre el uso de tabletas en el aula de infantil y primaria. Es emocionante ver cómo algunos centros integran estos dispositivos en su labor docente. Algunos de ellos amparados por una importante partida presupuestaria y usando tabletas de última generación costeadas por sus adineradas familias. Pero también los hay públicos que están haciendo una labor excelente. Es el caso del CEIP Virgen de los Desamparados de la pedanía de Orihuela, en donde estoy desarrollando mi curso y en donde el empeño de su equipo docente ha conseguido que desde hace un par de años se estén integrando las tabletas de manera lo más natural posible, usando el modelo BYOD.
Muchas son las razones que aconsejan comenzar a usar tabletas en las escuelas. Esta misma mañana, mientras llevaba a las nenas al cole he evidenciado una de ellas. Mis hijas, por suerte, todavía van a infantil. Y digo "por suerte" porque al pasar por el patio, este es el aspecto que tenía la fila de una clase de quinto.

Me ha impresionado ver a los niños de quinto, todos con esas maletas, que no pasarían el filtro de equipaje de mano en Ryanair, repletas de libros de texto. ¿Qué será eso tan importante y tan extenso que deben aprenderse los niños de texto que ocupa tanto espacio? Desde luego, el peso y el espacio es una de las razones que aconsejan el abandono del libro de texto tradicional y el uso de materiales digitales. Pero no es el único argumento, y me atrevería a decir que ni siquiera es el más importante. La principal razón por la que los docentes debemos valernos de la tecnología en nuestras clases es para acompañar un cambio metodológico necesario para el alumnado. La distribución espacial, la estructura de nuestras aulas, las exigencias a nuestros alumnos y alumnas estaban plenamente justificadas en el siglo XVIII, cuando la revolución industrial introdujo una nueva realidad en la sociedad. Pero hoy en día aquél modelo está obsoleto y contexto parece indicar que las necesidades de la sociedad han cambiado. Debemos ser capaces, pues, de cambiar la metodología para facilitar a los niños y niñas el acceso a redes de aprendizaje, creando proyectos propios, dándole la vuelta a las clases, o como mejor nos vayamos a sentir. Y para ello, las tecnologías son un buen compañero de viaje.


Foto de cabecera: "Schulknabe mit iPad, after Albert Anker" de Mike Licht

martes, 18 de noviembre de 2014

La ventana de Johari en la identidad digital


Según se lee en la prensa local del pasado 5 de abril, un entrañable anciano paseaba por el centro de Berkeley, en Estados Unidos, cuando, al cruzar el paso de peatones de la confluencia de la calle Bancroft con la calle Sacramento, fue atropellado violentamente por un coche. Aunque tras el accidente, el hombre estaba consciente, falleció a las seis horas por las heridas producidas. Tan sólo un par de días antes había cumplido 98 años.
Rastreando la red en busca de información, encontré la noticia en varios medios de que el anciano entrañable atropellado era Joseph Luft, un reconocido psicólogo local. Aunque este suceso pasó totalmente desapercibido en los medios, este psicólogo ha sido importante para mi trabajo, y ahora os explico por qué.
Luft, junto a su compañero Harry Ingham diseñó en la década de los cincuenta del pasado siglo una conocida técnica para determinar el grado de comunicación interpersonal de las personas. La llamaron “la ventana de Johari” (a partir de las primeras letras de sus nombres) y en la actualidad es una socorrida técnica para los animadores socioculturales, que la usan para hacer consciente a los participantes en una dinámica concreta de su situación dentro de un grupo. En definitiva, la técnica se utiliza por profesionales para mostrar la interacción entre dos fuentes de emisión: una persona concreta y los demás. Conociendo esta interacción, se pretende mejorar la comunicación interpersonal.
Para desarrollar la técnica de Luft e Ingham, se ha de crear una tabla con cuatro celdas. Como se ve en el gráfico, en el eje horizontal se indican las características que la persona conoce o desconoce. En el eje vertical,  se indica lo que los demás saben o desconocen de la persona objetivo de la técnica. Las cuatro celdas contienen los siguientes datos:
  1. Área libre: incluye los datos conocidos por la persona y por los que le rodean. Es un área que se caracteriza por el intercambio libre y abierto de informaciones entre el yo y los demás. En ella, el comportamiento es público y accesible a todos.
  2. Área ciega: contiene informaciones que la persona desconoce sobre sí misma pero que son conocidas por los demás. Es lo que los otros saben sobre nosotros mismos y que no nos lo dicen.
  3. Área oculta: contiene informaciones que uno mismo sabe respecto de sí pero que lo oculta al resto. La persona teme que si hace públicas estas informaciones se pueda ver alterado su estatus en el grupo.
  4. Área desconocida: son los factores de nuestra personalidad de los que no somos conscientes y que también son desconocidos para los que nos rodean. Se trata de recursos aún por descubrir de los que no somos conscientes y que tampoco sospechan nuestros contactos.


Hasta aquí la descripción de la técnica que tantas veces he trabajado con mis alumnos de TASOC. Pero le daremos una vuelta a la ventana de Johari.
Hoy en día, gran parte de nuestras interrelaciones personales las realizamos a través de las redes sociales. Éstas nos facilitan la relación con nuestros contactos y aumentan las posibilidades de que crezca el tamaño de nuestra red personal. ¿Y si aplicamos la ventana de Johari para conocer nuestro comportamiento en internet? Aunque el pobre Joseph Luft y su compañero Harry Ingham no crearon su técnica para este objetivo específico, se me ocurre que resulta muy interesante usarla para analizar la identidad digital de una persona y sus interrelaciones en la red. Esta nueva “ventana digital de Johari” incluiría los siguientes datos: 
El área abierta contiene los datos que se comparten de forma pública y accesible a todos los contactos. Serían datos del tipo de la biografía de twitter o el perfil de Linkedin.
En el área ciega se recogen datos que la persona desconoce pero que sus contactos sí saben. En la red hay numerosos ejemplos de datos personales que pasan desapercibidos para los propios usuarios pero que sin embargo son conocidos por sus contactos. En numerosas ocasiones el usuario no es consciente del papel que está jugando en la red y si no recibe el feedback adecuado, seguirá sin saberlo.
Hay cuestiones de mi actividad que voluntariamente decido ocultar porque no me interesa que se sepa. Si accedo a escondidas a juegos online o visito webs que no deseo que se conozcan, dejaré un rastro que lo situaremos en el área oculta.
Y por último hay una parte desconocida de nuestra actividad en la red, que sería todo lo que tiene que ver con lo que aún no hemos publicado y los efectos que pueda ocasionar. Es un área aún por explorar dentro de la actividad de cada uno y que la ubicamos en el área desconocida.
La ventana de Johari sirve para tomar conciencia de quienes somos. Tal y como indican los técnicos que hacen uso de este esquema, el área libre va aumentando de tamaño en la medida en que crece el nivel de confianza entre el participante y su grupo; y también en la medida en que se comparten más informaciones (en especial las de carácter personal). Si aplicamos el esquema a la identidad digital de un individuo, ocurre exactamente lo mismo: encontramos que las informaciones contenidas en cada celda no son estáticas, sino que van moviéndose según evolucionan las personas en la red. En definitiva, cuanto más grande sea el área abierta (y por tanto más pequeñas se vayan haciendo las otras tres áreas), más transparentes seremos. Y la transparencia es un valor fundamental en la gestión de nuestra identidad digital.

jueves, 30 de octubre de 2014

Identifícate: el impacto de las redes sociales en la construcción de la identidad digital

El pasado martes fui invitado por el CEFIRE de Orihuela a participar en las Jornadas "Integrar las redes sociales en educación: riesgos y posibilidades" para hablar de la gestión que nuestros alumnos hacen de su identidad digital.
Como se puede ver en la presentación, organicé los contenidos en cinco apartados: en primer lugar hablé del concepto de identidad, para explicar cómo afecta lo digital a dicho concepto. Luego hablé de la gestión que hacen los jóvenes de su identidad y presenté algunos ejemplos de mal uso de las redes sociales que afectan negativamente. El quinto apartado de la charla giró en torno a consejos de buenas prácticas para una correcta gestión de la identidad digital, dirigidos a docentes y alumnos.



lunes, 4 de agosto de 2014

Magdalenas



Desde hace unas semanas estoy preparando los contenidos para desarrollar en unas jornadas sobre redes sociales y educación, en las que participaré cuando finalice el verano. Me estoy interesando en el ámbito de la identidad digital de los alumnos (especialmente de FP, aunque también de secundaria e incluso de niveles universitarios), y estoy encontrando graves carencias en la construcción de esta identidad entre los adolescentes, quienes habitualmente no la cuidan y publican en la red sin prestar demasiada atención. Estas carencias, muy probablemente van a generar problemas futuros a la hora de acceder al mundo laboral, pues recordemos que en la actualidad la mayoría de los reclutadores hace una búsqueda por internet previa a cualquier proceso de selección.
Y sobre esto girará mi ponencia en las jornadas: tengo claro que es imprescindible que los alumnos interioricen ciertos procedimientos y normas de uso de redes sociales para evitar en un futuro problemas de posicionamiento on line. Controlando lo que publican y siendo conscientes de los riesgos que corren, optimizarán el uso de las redes y mejorarán su visibilidad.
Pero frente a estas carencias, nos encontramos con un montón de usuarios de internet que, en su afán por presentarse diferentes al resto, muestran (auto)biografías un tanto inverosímiles, y se (auto)atribuyen competencias que seguramente son inventadas. Surge entonces lo que se llama el “síndrome cupcake”: con lo buena que está (¡y siempre lo ha estado!) una magdalena de las de toda la vida, de esas del horno de cuando eras niño, últimamente nos han convencido de que ese producto ya no es válido y se ha reinventado con siropes de colores imposibles y cremas fosforescentes que, sinceramente, convierten la magdalena del horno tradicional en un pastel empalagoso y dulzón del que te cansas enseguida.
Muchas veces te topas con internautas que se muestran como líderes de pensamiento, gurús de cualquier disciplina desconocida hasta ese momento, coach –imprescindible autodenominarse coach para estar in- que prometen ser capaces de mejorar tu vida con poco esfuerzo. Todas estas virtudes personales, en ocasiones, no son más que fuegos de artificio y en el fondo no se sustentan en una formación previa adecuada. Porque nos han repetido hasta la saciedad la importancia de comportarse de forma disruptiva, de destacar siendo diferente al resto asegurando que el éxito profesional iba a llegar así. Y es verdad que el desarrollo personal y la ventana que ofrece internet, permiten marcar estrategias genuinas. Pero siendo únicamente genuino, en dos días te quedarás en nada. Está muy bien ser original pero no a costa de perder la esencia de las capacidades que puedas ofrecer, no a costa de perder tu dignidad (como cuando le pones “cremas fosforescentes” a las pobres magdalenas). Por lo tanto, parece aconsejable mostrarse genuino pero siendo sincero en las capacidades que te atribuyes, y siempre con la mayor profesionalidad.
Palabra de coach.

Imagen de cabecera: "Clever cupcakes Valentine's day flavours" de Clever Cupcakes CC-BY-NC-ND

miércoles, 9 de julio de 2014

EVA VS LMS

Early Surgical Tools

Recientemente he comenzado a colaborar con Cáritas de Elche con el objeto de ayudar a implantar una plataforma de e-learning en su página web, en la que poder ofrecer acciones formativas dirigidas tanto a trabajadores como a usuarios. El proyecto está resultando muy interesante y por diferentes motivos va a repercutir muy positivamente en la organización. Ha sido impulsado un equipo multidisciplinar formado básicamente por el Coordinador General de la entidad, el responsable de nuevas tecnologías, un informático y yo mismo que ofrezco mis conocimientos en la dirección de e-learning. En la actualidad nos encontramos desarrollando un prototipo de acción formativa, integrado en la plataforma. En una reunión que mantuvimos ayer mismo repasábamos el prototipo y todos coincidíamos en las excelencias pedagógicas que ofrece la plataforma recién instalada en la web, porque con ella se podrán cómodamente optimizar recursos y transmitir contenidos con facilidad. Pero antes de felicitarnos por las excelencias de la plataforma (o LMS, por las siglas de learning management system), tenemos que ser conscientes que su uso puede estar ya más que superado.
Porque si nos remitimos a las tendencias conectivistas que conforman el actual paradigma dominante en pedagogía veremos que el conocimiento ya no se debería limitar a un traspaso de unos contenidos cerrados del docente al alumno. Las nuevas tendencias prefieren situar al docente en el papel de generar unas redes de aprendizaje facilitando el acceso a sus alumnos. Desde estas posiciones conectivistas, el alumno sería el encargado de gestionar tanto los contenidos como el proceso de una acción formativa determinada (en la línea de cuadrante suroeste de Coomey y Stephenson).
Es por ello que hay quien prefiere hablar de EVA (entorno virtual de aprendizaje) en lugar de LMS. Hay quien considera ambos términos como sinónimos, pero cada vez más docentes y autores interpretan que un LMS es una plataforma cerrada en la que alojar acciones formativas, mientras que el término EVA hace referencia a un entorno generado (o mejor dicho, facilitado) por el docente, que permite al alumno moverse como pez en el agua y acceder a su ritmo a los contenidos.
Según estos argumentos, va a ser mucho más práctico para los docentes el uso en sus acciones formativas de un EVA que de un LMS, por cuanto este último encorseta el conocimiento que se transmite y limita las opciones del docente al uso de las herramientas que la plataforma ofrezca. Si el docente genera un EVA valiéndose de las numerosas herramientas que ofrece la red (vídeos, foros, cuestionarios, chats, etc.), conseguirá una mayor libertad creativa y le permitirá el diseño de acciones formativas de e-learning genuinas y versátiles. Haciendo referencia al refrán que cita Albert Sangrà en este interesante artículo, “si sólo tienes un martillo, todo te parecerá un clavo”. Un LMS obliga al docente al uso de sus recursos y en cierto modo le limita. Un EVA, en cambio, abre un mundo de posibilidades y permite mucha más creatividad.
Sin embargo, ¿cómo justificamos el uso de un LMS en nuestro proyecto de e-learning de Cáritas Elche? En primer lugar, debemos ser conscientes de que los destinatarios a los que se van a dirigir los cursos que ofrece la organización, carecen en muchos casos de las competencias digitales deseables para el correcto desarrollo de acciones formativas conectivistas. Resultaría un problema añadido para los destinatarios de los cursos pedir que sean ellos mismos quienes dirijan el proceso. Además, vamos a utilizar Moodle, que es una plataforma de código abierto, muy utilizada en múltiples instituciones educativas, y que destaca por su versatilidad. Por todo ello, creemos que Moodle va a contribuir a facilitar el proceso formativo de los destinatarios a los que se ofrecerán los cursos de Cáritas Elche.
Ojalá en un futuro (espero que cercano), los EVA puedan sustituir los LMS. Ojalá muy pronto sean los docentes los que seleccionen libremente las herramientas que más le puedan ayudar en los procesos de enseñanza y aprendizaje y construyan con ellas cada una de las acciones formativas. Pero no olvidemos que las TIC han de ser sólo una herramienta puesta al servicio del proceso (y no empecinarnos en su uso sin considerar los factores que condicionan dicho proceso). Por eso, mientras llega el momento de construir cursos en entornos virtuales de aprendizaje lo más abiertos posible, en ocasiones nos debemos apoyar en LMS concretos. Eso sí: a la hora de programar un curso, aún en una plataforma concreta, no debemos apartar de nuestra cabeza la idea de que hay que dotar al alumno de las herramientas para que su aprendizaje sea lo más autónomo posible. Y esta es la idea hacia la que debe tender cualquier acción formativa.

Imagen de cabecera: “Early Surgical Tools” de Mary Magret CC BY


viernes, 21 de marzo de 2014

La realidad (aumentada) supera la ficción


Anoche, después de ver el corto de arriba, me fui a preparar la cena.  El corto utiliza elementos de realidad aumentada y de gamificación, perfectamente integrados en la vida diaria, que facilitan las acciones a los usuarios. Estos conceptos son dos de la líneas en las que actualmente más están trabajando en el ámbito de las TIC  integradas en la docencia.
Después de ver el corto, me fui a la cocina a prepararme algo de cena. Ayer domingo tocaba hacer unas tostadas, y cuando cortaba unas rebanadas de pan, se me escapó el cuchillo y me corté dos dedos (de hecho este post lo estoy escribiendo con dos dedos menos).
-¡Ay, ay, ay!- gritaba, mientras no dejaban de sangrar mis dedos.
De inmediato, Mamen me tumbó en el sofá y empezó a curarme. Mientras, con el brazo alargado y los ojos cerrados pensaba en que, a pesar del cariño con el que me curaba, Mamen no tiene ni idea de las nociones básicas para hacer primeras curas. Y pensé en el corto. Me dije que tal vez dentro de doscientos años, simplemente ejecutando una aplicación podría saber qué cantidad de yodo aplicar en cada caso, cuánto alcohol poner, y el lugar correcto donde echarlo. Pensé que eso sería una buena idea.
-¡Ay, ay, ay!- seguía quejándome.
Y, dolorido, pensé en George Siemens (¡qué mejor momento para pensar en él!) y en aquello que dijo de que una de las ideas principales del conectivismo es que el conocimiento no necesariamente reside dentro de las personas, que puede residir fuera. Lo importante para el conectivismo no es tanto que el alumno aprenda de memoria los contenidos, sino que conozca y tenga acceso a las redes necesarias para acceder, en caso de necesitarlos, a esos contenidos.
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viernes, 28 de febrero de 2014

El camino de vuelta


En la actualidad son muchos los que piensan que mantener una adecuada identidad digital es imprescindible para optimizar el desarrollo profesional y personal. En mi caso, trato de manejar (en la medida de lo posible) esta identidad en la red, publicando mis ideas y reflexiones en AulaDeUsosMúltiples, y en su cuenta asociada de twitter, centrándome sobre todo en contenidos relacionados con mi ámbito docente y su relación con las TIC. Este perfil virtual me ha dado grandes alegrías y gracias a él he podido ampliar mi red de aprendizaje y de contactos. He podido ampliarla en cantidad de personas y en calidad, pues las redes me han dado acceso a personas con las que difícilmente podría haber interactuado de otra manera.
La semana pasada, en el ámbito del mooc "PLE para el desarrollo profesional docente", se convocaron en más de cuarenta ciudades de todo el mundo encuentros presenciales entre alumnos del curso (y otras personas interesadas en la relación entre la educación y las TIC), con el objeto de desvirtualizar la red que se había ido tejiendo. Así que tocaba ahora convocar a la red (que un día fue real y mejoró pasando a ser virtual) para un encuentro presencial. Y paradójicamente, con la desvirtualización, aquella “red mejorada” mejoró aún más. Mi PLN que se había mejorado cuantitativa y cualitativamente al convertirse en virtual, aunque parezca contradictorio se perfecciona aún más al desvirtualizarse.

Porque en definitiva, lo que ha de quedar de una red personal de aprendizaje son los contactos. Si son virtuales, muy bien; pero si son contactos reales, de carne y hueso, mucho mejor.



El siguiente Storypad resume aquél encuentro:


Muchas gracias a Sari, Nitzia y Fernando por acudir a la cita y por abordar con tanta seriedad y profesionalidad los temas tratados. Nos seguimos viendo (en las redes o en persona).

Foto de cabecera: manticorebp via photopin cc

martes, 4 de febrero de 2014

Cómo acabar con internet (y no morir en el intento)

Ley
El otro día leía un post reciente de David Torné en el que daba una serie de consejos para generar un hábito de lectura. Entre otras cosas propone reservar un momento cada día para disfrutar de una buena lectura; a partir de ahí, comienzas a apreciar el placer de viajar a través del nudo de una novela, empezando por el planteamiento y desembocando en el desenlace. Además, si tienes el acierto de escoger bien lo que lees te engancharás mucho antes a este (buen) hábito de empezar y terminar tus lecturas.
Ayer por la tarde me contaba un buen amigo que ha perdido el hábito de leer novelas, y que sin embargo se pasa el día leyendo y buscando información en internet. Yo traté de hacerle ver que hay que tener cuidado con esto porque, si para llegar al desenlace de una novela tienes que hacer un esfuerzo, internet no te lo acabas en dos tardes. Ni en tres ni cuatro. Ni en dos años ni en tres. Ni en toda la vida. Internet no te lo acabas ni en toda una vida. Puedes empezar leyendo un post y de ahí saltar de enlace a enlace y tirarte toda la vida leyendo sin descanso.
¿Cómo enfrentarse, por tanto, a un volumen tan inabarcable de información? A parte de estrategias de desconexión, que pueden resultar prácticas en determinadas circunstancias, debemos saber cómo limitar nuestra red personal. El truco para poder abarcar la información de interés y optimizarla es ser capaz de establecer una red adecuada, y así desplazar a un lado la información superflua, para quedarnos con lo relevante. Para ello es imprescindible conocer cuál es nuestro PLE y cuál nuestro PLN. Ya he hablado aquí alguna vez de mi PLE, pero en resumen, me baso en tres herramientas para seleccionar la información:
Por un lado todo lo estructuro a partir de un webmix de Symbaloo. Ahí se recogen las herramientas que utilizo y entre ellas destaco las dos aplicaciones que me ayudan a organizar todo lo que recopilo: Feedly lo hago servir para leer lo que se publica en mis páginas de referencia y Diigo para guardar y gestionar aquello que me va a interesar en un futuro. Y a partir de estas herramientas, intento acabar con internet y no morir en el intento.

Foto de cabecera: Daquella manera via photopin cc

jueves, 30 de enero de 2014

Aula de usos múltiples, segunda etapa

Hoy he conseguido el primer centenar de followers en la cuenta de twitter asociada a este blog. Coincidiendo con este hito, importante para mi, inicio la segunda etapa del Aula de usos múltiples en la que pretendo ampliar la sección de actividades del blog (que pueda servir de ayuda a las profesoras y profesores de los módulos que podemos impartir los profesores de la especialidad de Intervención Sociocomunitaria) y seguiré opinando sobre los temas que relacionan las TIC con la docencia.
Es buen momento ahora para echar un vistazo atrás y analizar todo lo publicado, con el objeto de consolidar mis intereses y empezar a descartar lo superfluo. Para ello, y aprovechando de paso el material generado en el entorno del mooc Entornos Personales de Aprendizaje (PLE) para el desarrollo profesional docente en el que me encuentro inmerso, he elaborado una nube con las etiquetas más relevantes que se han usado en el blog desde su nacimiento. Para ello, he utilizado Tagxedo, una completa herramienta que construye de forma sencilla nubes de tags.

En la nube podemos ver que entre las palabras más repetidas en el blog están "PLE", "redes" y "conectivismo". También se ha hecho referencia a herramientas como "Diigo", "Facebook" o "Twitter". O a autores como Kramer.
Sirva este post para presentarme y saludar a los compañeros del mooc que he comentado más arriba. Para conocer más de mi experiencia profesional y mis intereses, podéis consultar mi perfil en docente.me y de about.me que tengo incrustados en el blog.
Bienvenidos a la segunda etapa del Aula de usos múltiples.

martes, 7 de enero de 2014

Decálogo del rol del estudiante en línea

web-side (cc)


En el siguiente decálogo recojo las que considero que han de ser las principales características del estudiante en el proceso de enseñanza y aprendizaje en línea:
  1. Hacer un uso adecuado de las TIC. Se deben tener los conocimientos necesarios para su uso, pero no abusar de las TIC, lo que puede alejar al estudiante de sus objetivos.
  2. Conocer los objetivos del aprendizaje. El estudiante debe ser consciente de los objetivos con el que se enfrenta a su aprendizaje (siendo consciente, puede elaborar su PLE y sacarle el máximo provecho).
  3. Formarse de manera informal. Mostrarse abierto a adquirir nuevos conocimientos en todas las circunstancias de la vida personal y social (no sólo es importante el aprendizaje formal, también el informal).
  4. Formarse de manera permanente. La formación no debe terminar con los cursos académicos y en una institución determinada. Estableciendo unas redes de conocimiento sólidas, se debe continuar aprendiendo durante toda la vida.
  5. Ser consciente de la propia identidad digital. El estudiante debe establecer una identidad digital adecuada y cultivarla a lo largo del tiempo.
  6. Fomentar la autonomía del aprendizaje. Debe ser capaz de adquirir nuevos conocimientos de manera autónoma, estableciendo redes de aprendizaje (en lo que constituiría el PLN personal).
  7. Publicar contenidos. El estudiante debe abrir a la red los contenidos que se van adquiriendo, ya que de nada sirve guardarlos celosamente para un uso estrictamente personal.
  8. Fomentar la productividad con eficiencia. Debe gestionar de manera productiva el tiempo y las tareas a realizar.
  9. Promover el trabajo en equipo. Es conveniente presentar una actitud colaborativa y de trabajo en equipo, potenciando un clima agradable en los entornos virtuales.
  10. Concebir el aprendizaje como una actividad participativa. Deberá participar de manera activa en el proceso de enseñanza y aprendizaje, interactuando con compañeros y tutores.

Imagen de cabecera: marfis75 via photopin cc