El otro día impartí en Torrevieja una charla sobre la identidad digital de los docentes, en el transcurso de las Jornadas "Integrar las redes sociales en educación: riesgos y posibilidades". Una de las docentes que asistió a la charla me comentaba que no se sentía cómoda teniendo presencia en la red, pues cada vez se movía peor por ella. Conversando con aquella profesora, le hice ver que hoy en día es imprescindible disponer de unas adecuadas competencias digitales (no en vano ésta es una de las consideradas como clave). Sin ellas, se corre el riesgo de quedar excluido de cualquier episodio en el que participemos. Y, sin duda, tenemos que educar en esas competencias a nuestros alumnos para evitar que vayan a ser ellos los excluidos.
Uno de los principales problemas a los
que nos enfrentamos los internautas es el de saber cómo digerir la gran
cantidad de contenidos que circulan en la red. A la hora de buscar una
información determinada, si no dispones de las competencias digitales adecuadas
corres el riesgo de saturarte ante tal cantidad de datos. O lo que es más
grave: es posible que al final te quedes con los contenidos menos fiables y de
peor calidad. Por eso uno de los roles que debemos desempeñar los docentes es
el de curador de contenidos. El content
curator (en una traducción libre se suele utilizar en español el término
“curador de contenidos”) es una persona que es capaz de asesorar sobre qué
información es relevante (y cuál no lo es) sobre un ámbito determinado. El
curador de contenidos se dedica a hacer una selección personalizada y de
calidad sobre el medio en el que desempeña su trabajo facilitando así la el
acceso a contenidos.
El docente debe desempeñar este papel, y
sería ideal que, de paso, consigamos enseñar a nuestro alumnado a discriminar
cuál es la información que interesa de aquella que no es adecuada. Aquél alumno
que consiga realizar una gestión responsable y crítica de los contenidos que
circulan en la red va a tener más garantías de éxito. Si se mueve de forma
adecuada en las redes, descartando contenidos de poco valor y centrándose en
los realmente relevantes, será más fácil que demuestre su madurez y que termine
destacando.
Muchas veces pedimos a nuestros alumnos
que se documenten sobre un tema determinado y, metafóricamente, les pasa como
muy gráficamente dice Mitch Kapor, que se sienten como tratando de beber un
traguito de un surtidor de una boca de incendios del que sale agua a
borbotones. Y esto es lo que le pasaba a la profesora a la que hago referencia
al principio del post. Y ¿qué ocurre ante tal saturación de información? Pues
que es muy probable que al final te termines quedando con la primera
información que encuentras, aunque sea poco fiable. Si no damos al alumnado las
pautas adecuadas, si no les enseñamos los sitios en los que pueden confiar y si
no les enseñamos a usar las herramientas adecuadas, muy probablemente terminen
arrollados por el gran caudal de información y sufran las consecuencias de la
infoxicación.
Si queremos evitar la sobrecarga
informativa y que en el futuro nuestros alumnos y alumnas no sean más que unos
ignorantes que tragan con cualquier cosa, debemos dotarles de herramientas y
lugares de interés de donde nutrirse de información. Muchas son las
aplicaciones y herramientas que hoy en día nos ayudan a discriminar esa
información. Las propias redes sociales –como twitter, por ejemplo- ya nos
ayudan a acotar, pues permiten poner el foco en lo que dicen nuestros followers
y nos podemos olvidar de los demás. Como docentes nos tenemos que hacer con las
herramientas que más se ajusten a nuestras necesidades y ponerlas a trabajar
para, así, convertir la red, tan inmensa e inabarcable, en un espacio acotado,
fácil de asumir, en donde sea sencillo moverse.
Pero entre todas ellas, hay dos tipos de
herramientas que son imprescindibles para comenzar a curar contenidos: me refiero a los lectores de rss y a las
herramientas de gestión de marcadores sociales. Entre los lectores de rss
destaca Feedly. Es un programa que se ocupa de
organizar y ofrecer acceso a todas las noticias y actualizaciones de las
páginas, blogs u otros sitios que decidas seguir. Con Feedly pasas de navegar
en internet a moverte en exclusividad por tu propia red personal que obviamente
es más abarcable.
Entre los servicios de gestión de
marcadores sociales, yo me quedo con Diigo. Esta aplicación
nos va a permitir guardar nuestros “favoritos” de manera ordenada y nos
facilita la productividad.
Con estas dos herramientas ya podemos
comenzar a digerir la información de la red, desechando esos contenidos inservibles
que no hacen más que desviar la atención.
Crédito de la foto de cabecera: Imagen con licencia CC0
Crédito de la foto de cabecera: Imagen con licencia CC0
No hay comentarios:
Publicar un comentario