A la gente le encanta hacer la típica distinción entre nativos e inmigrantes digitales. Hay
que ver lo rápido que estos términos calaron, especialmente entre la gente de
mi generación. Tengo la sensación de que su éxito radica en que viene muy bien
para justificar las carencias en el manejo de las nuevas tecnologías y un uso
limitado y torpe de las mismas.
En el transcurso del interesante curso Educación
conectada en tiempos de redes, del INTEF,
en el que me encuentro inmerso, realizamos el mes pasado una completa encuesta
entre la comunidad educativa (alumnos, familiares y docentes) acerca de los
hábitos de uso de la red y las redes. De ella se deduce que la gran mayoría de
los alumnos (un 88% según nuestra encuesta) dispone de algún dispositivo móvil
y generalmente lo usa para acceder a alguna red social (el 82%), sobre todo
Facebook, Tuenti o Twitter.
Surge entonces la tentación de afirmar que los niños ya
nacen inmersos en la tecnología y que ésta formará parte de sus vidas
inevitablemente. Pero si profundizamos un poco, vemos que sólo un 8% utiliza
esta tecnología para su formación, o que sólo un mísero 5% lo usa, por ejemplo,
para organizar viajes. De hecho, el informe indica que hay un fuerte auge de
los dispositivos móviles entre los más jóvenes y aumenta el acceso a las redes
sociales, pero de ahí no pasan. Por tanto, sí: es posible que los
niños lleguen al mundo ahora con una tablet bajo el brazo (como le encanta
afirmar a cierta parte de la opinión pública sin profundizar demasiado en ello),
pero poco más.
Parece más lógico pensar, como concluyen las investigadoras Lydia
Plowman y Joanna McPake en
un reciente estudio realizado con 50 familias, que no todos los niños son nativos
digitales pues los hay que no se sienten tan cómodos entre tecnología (este
es uno de los siete mitos que este estudio intenta desmontar). El propio Mark
Prensky, creador de tan manida palabra, ya indica que es más
adecuado hablar de visitantes y residentes, desterrando definitivamente
aquella expresión. Es momento, por tanto, de que los docentes nos esforcemos en
consolidar entre nuestros alumnos las muchísimas virtudes que las TIC pueden
reportarles en su vida futura.
Imagen de cabecera: iBaby de Marina Noordegraaf CC By NC SA
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