La herramienta que suelo utilizar para recopilar mis notas, intentando ponerlas en orden por medio del sistema GTD, es Evernote. El otro día se publicó en la prensa la noticia de que se está celebrando en San Francisco el congreso anual que organiza esta empresa. Allí, el fundador de Evernote, Phil Libin explicó que su objetivo es llevar todos los elementos de la vida real al mundo virtual.
Efectivamente, la tecnología trata de imitar el mundo real en la red, permitiendo, por ejemplo, que un estudiante acuda a un aula virtual de su campus (también virtual), que tome notas en una aplicación informática, que se relacione en el ciberespacio... Incluso los delitos tradicionales también se transforman en virtuales.
Ayer, cuando leía la noticia del "secuestro virtual" que habían sufrido los componentes de Delorean (aunque ellos ya han dejado bien claro que de virtual no tuvo nada todo aquello), pensé en la historia de un chico, que estudia en una Universidad a distancia, se relaciona con gente en un chat, llegando incluso a mantener relaciones sexuales de forma virtual (por supuesto con una persona que aseguraba ser alguien totalmente distinta a la que es su realidad). Podría viajar de forma virtual a una ciudad y a visitar todos sus museos sin salir de la red. Esta persona podría ser extorsionada por alguien que se cruzara en la red (le podrían robar el dinero -virtual- de sus tarjetas de crédito) y finalmente ser secuestrada de forma virtual. Y todo ello sin salir de casa.
Podemos caer en la tentación de criticar la desnaturalizado del mundo virtual (donde se ponga un secuestro real que se quite lo virtual), pero relamente hay que pensar que la tecnología bien empleada permite que internet nos abra puertas que hasta ahora resultaban inflanqueables.
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